domingo, 20 de noviembre de 2011

Festividad de Jesucristo Rey.

Último Domingo de Calendario Litúrgico, dedicado a celebrar la festividad de Jesucristo Rey.

Una solemnidad moderna que nos gusta mucho a los creyentes.

Instituida por la Iglesia precisamente en los tiempos de la democracia, para demostrar que la soberanía de Jesucristo no tiene condicionamientos humanos, ni es Jesucristo un Jefe elegido por votación popular, ni va a ser un día echado de su trono o suplantado por otro rival que le venga a privar de sus derechos.

Empezamos por escuchar al mismo Jesús, que reivindica su condición real ante una autoridad civil, la cual le puede hacer pagar caro su atrevimiento de proclamarse Rey.

Condenado ya como blasfemo por la Asamblea del pueblo judío, Jesús es llevado al tribunal de Roma, que no se va a meter en cuestiones religiosas sino en asuntos civiles.

Y empieza Pilato por la pregunta clave:
- ¿Tú eres el rey de los judíos?
Jesús sabe muy bien que esto no lo puede decir Pilato por cuenta suya, sino por otros que se los han ido a contar para prevenirlo en contra del acusado. Así que Jesús le pregunta a su vez:
- ¿Lo dices esto por ti mismo, o porque otros te lo han dicho de mí?
Pilato se molesta un poco, aunque le muestra a Jesús respeto y temor:
- ¿Acaso yo soy judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús le contesta, porque la pregunta es sincera, y, además, se la hace la autoridad:
- Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo, mis vasallos hubiesen luchado por mí, para no ser entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí abajo.
Hay mucha dignidad en estas palabras de Jesús, de modo que Pilato, pagano y que nada sabe de la religión judía, sospecha algo misterioso. Por eso vuelve a la primera pregunta, haciéndosela más concreta:
- Entonces, ¿tú eres rey?
Jesús sigue el diálogo con Pilato en un plano de mucha seriedad y sinceridad:
- Sí; yo soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Quien es de la verdad, escucha mi palabra.
Pilato no entiende. Pero se da cuenta de que tiene delante de sí a una persona muy especial. De ahí sus esfuerzos por salvarlo de las iras y del griterío que le viene de la calle, azuzada como está la gente por los jefes del pueblo. Su pecado, como le insinuará después el mismo Jesús, es estar haciendo caso a los enemigos personales de este reo en vez de atender los gritos de su conciencia. Jesús le deja como palabra última a Pilato esta confesión:
- Yo soy rey. Aunque mi reino no es de este mundo.
Y Pilato, que quede tranquilo... Jesús no causará ningún problema a los romanos, desde el momento que le asegura que su reino no es político sino espiritual, no de este mundo sino del otro...


Juan escribe su Evangelio para los cristianos, y más que narrar con taquigrafía el dialogo de Jesús con Pilato, quiere hacer ver que aquella calumnia lanzada contra Jesús --de que había sido condenado por revoltoso contra Roma--, carecía de todo fundamento.

La Iglesia de nuestros días ha reflexionado mucho sobre este hecho de la realeza de Jesucristo. Y ha mantenido y mantiene una fiesta que para muchos es inoportuna.

El mundo -que se aleja de Dios con un laicismo y una secularización tan peligrosos, ha de saber que por encima de los acontecimientos humanos y sobre los gustos de la sociedad hay un Rey que reivindica los derechos de Dios.

Ese mundo debe rendirse a Dios, y Jesucristo se proclama Rey para ser el primer testigo de la verdad.

A su Iglesia la constituye signo visible de esta autoridad que Él mantiene sobre el Reino de Dios en el mundo, y le encarga transformar las estructuras sociales de un modo conforme con el querer de Dios.
Jesucristo es Rey, y por eso hace de nosotros los cristianos un pueblo real, libre de toda esclavitud.

En particular nosotros los seglares --instruidos por el Concilio--, sabemos que participamos de la realeza de Jesucristo; somos reconocidos como encargados de promocionar a la persona humana; y se nos encarga meter el Evangelio en la sociedad como el fermento en la masa, llenando del espíritu de Jesucristo todas las realidades sociales, ya que estamos metidos dentro de todas las vicisitudes del pueblo.

Esta nuestra vocación dentro del Pueblo de Dios es un testimonio de la realeza de Cristo.

Porque, si Jesucristo no fuera Rey y no tuviera el dominio y la soberanía sobre todos los hombres y sobre todas las cosas, ¿con qué derecho y autoridad, o con qué título legítimo, nos presentaríamos nosotros ante los demás para hacerles cambiar de opinión, para mudar sus estructuras y modos de ser, para transformar el mundo conforme a nuestro parecer y nuestros gustos?... Aunque este parecer y estos gustos no son nuestros --afortunadamente--, sino del mismo Jesucristo y de su Iglesia.
¡Jesucristo es Rey!

Lo proclamamos nosotros a los cuatro vientos con humildad gozosa.
Lo proclamaron con valentía ante las balas muchos mártires modernos.

Y esta fe que profesan nuestros labios, la queremos proclamar, sobre todo, con la fidelidad diaria a nuestros deberes cristianos..


viernes, 18 de noviembre de 2011

Dedicaciòn de las Basìlicas San Pedro y San Pablo.

Fiesta

Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. La primera de ellas fue edificada por el emperador Constantino sobre el sepulcro de san Pedro en la colina del Vaticano, y al deteriorarse por el paso de los años fue reconstruida con mayor amplitud y de nuevo consagrada en este mismo día de su aniversario. La otra, edificada por los emperadores Teodosio y Valentiniano en la vía Ostiense, después de quedar aniquilada por un lamentable incendio fue reedificada en su totalidad y dedicada el diez de diciembre. Con su común conmemoración se quiere significar, de algún modo, la fraternidad de los apóstoles y la unidad en Iglesia (1626; 1854).

La actual Basílica de San Pedro en Roma fue consagrada por el Papa Urbano Octavo el 18 de noviembre de 1626, aniversario de la consagración de la Basílica antigua.

La construcción de este grandioso templo duró 170 años, bajo la dirección de 20 Sumos Pontífices. Está construida en la colina llamada Vaticano, sobre la tumba de San Pedro.

Allí en el Vaticano fue martirizado San Pedro (crucificándolo cabeza abajo) y ahí mismo fue sepultado. Sobre su sepulcro hizo construir el emperador Constantino una Basílica, en el año 323, y esa magnífica iglesia permaneció sin cambios durante dos siglos. Junto a ella en la colina llamada Vaticano fueron construyéndose varios edificios que pertenecían a los Sumos Pontífices. Durante siglos fueron hermoseando cada vez más la Basílica.

Cuando los Sumos Pontífices volvieron del destierro de Avignon el Papa empezó a vivir en el Vaticano, junto a la Basílica de San Pedro (hasta entonces los Pontífices habían vivido en el Palacio, junto a la Basílica de Letrán) y desde entonces la Basílica de San Pedro ha sido siempre el templo más famoso del mundo.

La Basílica de San Pedro mide 212 metros de largo, 140 de ancho, y 133 metros de altura en su cúpula. Ocupa 15,000 metros cuadrados. No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión.

Su construcción la empezó el Papa Nicolás V en 1454, y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII en 1626 (170 años construyéndola). Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Angel y Bernini. Su hermosura es impresionante.

Hoy recordamos también la consagración de la Basílica de San Pablo, que está al otro lado de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro, en un sitio llamado "Las tres fontanas", porque la tradición cuenta que allí le fue cortada la cabeza a San Pablo y que al cortársela cayó al suelo y dio tres golpes y en cada golpe salió una fuente de agua (y allí están las tales tres fontantas).

La antigua Basílica de San Pablo la habían construido el Papa San León Magno y el emperador Teodosio, pero en 1823 fue destruida por un incendio, y entonces, con limosnas que los católicos enviaron desde todos los países del mundo se construyó la nueva, sobre el modelo de la antigua, pero más grande y más hermosa, la cual fue consagrada por el Papa Pío Nono en 1854. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: "A San Pablo, Apóstol y Mártir".

Estas Basílicas nos recuerdan lo generosos que han sido los católicos de todos los tiempos para que nuestros templos sean lo más hermoso posible, y cómo nosotros debemos contribuir generosamente para mantener bello y elegante el templo de nuestro barrio o de nuestra parroquia.

domingo, 13 de noviembre de 2011

"Palabra de Vida".

No importa tu capacidad, sino lo que te dejas llenar

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 14-30

Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:

El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
En seguida, el que había recibido cinco talentos fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos ganó otros dos; pero el que recibió uno solo hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presento otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor».
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel; y que respondiste fielmente en lo poco, te encargare de mucho mas: entra a participar del gozo de tu señor».
Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!» Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes».

Compartiendo la Palabra
Por José Antonio Pagola

ARRIESGARSE

Con frecuencia se ha entendido la religión como un sistema de creencias y prácticas que sirven para protegerse contra Dios, pero no ayudan a vivir de manera creativa. Esta religión conduce a una vida triste y estéril donde lo importante es vivir seguros ante Dios, pero donde falta alegría y dinamismo.

Hay que decirlo sin rodeos. En el fondo de esa religión sólo hay miedo. Quien busca protegerse de Dios es que le tiene miedo. Esa persona no ama a Dios, no confía en él, no disfruta de su misericordia. Sólo le teme y por eso busca en la religión remedio para sus miedos y fantasmas.

Después de Jesús, no tenemos ya derecho a entender y vivir así lo religioso. Dios no es un tirano que atemoriza a los hombres buscando egoístamente su propio interés, sino un Padre que le confía a cada uno el gran regalo de la vida. Por eso, Jesús imagina a sus seguidores no como «observantes piadosos» de una religión, sino como creyentes audaces dispuestos a correr riesgos y superar dificultades para «inventar» una vida más digna y dichosa para todos. Un discípulo de Jesús se siente llamado a todo menos a enterrar su vida de manera estéril.

El tercer siervo de la parábola es condenado, no por hacer algo malo sino porque, paralizado por el temor a su Señor, «entierra» los talentos que se le han confiado. El mensaje es claro. A Dios no se le puede devolver la vida diciendo: «Aquí está lo tuyo. La vida que me diste no ha servido para nada». Es un error vivir una vida «religiosamente correcta» sin arriesgarnos a vivir el amor de manera más audaz y creativa.

Quien sólo busca cuidar su vida, protegerla y defenderla, la echa a perder.

Quien no sigue las aspiraciones más nobles de su corazón por miedo a fracasar, ya está fracasando.

Quien no toma iniciativa alguna para no equivocarse, ya se está equivocando.

Quien sólo se dedica a conservar su virtud y su fe, corre el riesgo de enterrar su vida. Al final, no habremos cometido grandes errores, pero no habremos vivido.

Jesús es una invitación a vivir intensamente. A lo único que hemos de temer es a vivir siempre con miedo a arriesgarnos, con temor a salirnos de lo «correcto», sin audacia para renovarnos, sin valor para actualizar el evangelio, sin fantasía para inventar el amor cristiano.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Evangelio del Dìa 12 de Noviembre.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 1-8

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
«En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: "Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario".
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: "Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme"».
Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?»

Compartiendo la Palabra
Por Alejandro Carbajo, cmf

Queridos hermanos, paz y bien.
Hoy las lecturas nos presentan diversos puntos para la reflexión. La justicia y la fe, por ejemplo.
Sobre la justicia, independientemente de lo que pensemos del juez inicuo, hay que decir que era un hombre práctico. Sus motivaciones no eran muy puras, pero al final se produce un resultado justo. Todo por la insistencia de la pobre viuda, una persona sin derechos en Israel. No estaría de más preguntarnos hoy por qué hacemos las cosas, por qué participamos de la liturgia, o mejor, cómo participamos. ¿Vamos a la Eucaristía porque toca, o porque de verdad es algo importante para nosotros? ¿Nos falta algo, cuando no podemos asistir, o sólo vamos cuando nos llevan a rastras, y además vamos con cara de entierro? Si nuestra motivación está al 50%, no vamos mal. Otro ejemplo. ¿Rezamos porque queremos estar en relación con un Amigo que nos ama, o lo hacemos porque tenemos miedo de que nos castigue, si no cumplimos con lo prescrito? Ya veis, es un buen día para pensar en la motivaciones, en por qué hacemos las cosas.
Y luego está la fe. Terrible pregunta. ¿Encontrará Cristo fe en la tierra cuando vuelva? Quiero pensar que sí, a pesar de lo que se puede ver en las estadísticas, sobre el descenso de creyentes en algunos países. En Rusia se mantuvo la fe, a pesar de los pesares y del comunismo, gracias a la gente sencilla, las babushkas, las abuelas que se encargaron de bautizar a los hijos, primero, y a los nietos, después. Gracias a ellas, estamos hoy aquí. Dice el refrán que Dios aprieta, pero no ahoga. Parece que es así. Cuando hay alguna catástrofe, terremoto, maremoto o algún otro “oto”, es increíble la generosidad con que la gente responde. La sensibilidad ante la desgracia ajena sigue activada.
Tenemos también hoy la posibilidad de mirar nuestra fe. Pasarla por el filtro de la Palabra de Dios y comprobar si nos hace falta algún cambio. Comprobando nuestras motivaciones y revisando nuestra fe, podemos seguir avanzando por el camino de la vida espiritual. No hay motivo para enorgullecerse, si estamos muy avanzados, y no se puede perder la esperanza, si sentimos que estamos muy atrasados. En todo caso, la fe y la vida espiritual son regalos de Dios. Y a veces, a Dios le gusta esconderse, para luego mostrarse de nuevo, y mostrándose, despierta en nosotros el deseo de seguir buscando. Como lo hace en los santos.
A lo largo de la semana hemos tenido el recuerdo de muchos santos, y terminamos con otro, San Josafat. El Papa ha declarado a San Josafat patrono de los que trabajan por la unión de los cristianos. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos (Tertuliano). Para los que vivimos en el este, en países de minoría católica, es un buen ejemplo a seguir. Lo del martirio, no sé, lo de trabajar por la unión de los cristianos, sí. Porque por la unión de los cristianos hay que rezar no sólo del 18 al 25 de enero, sino todos los días del año. Que lo valiente no quita lo cortés.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Santo del Dìa.

Obispo
Conocido también como San Martín Caballero

Martín de Tours es uno de aquellos hombres que han hecho hablar de sí a muchas generaciones por haber sido protagonista de episodios aptos para despertar la fantasía popular. Es frecuente la narración del episodio de San Martín que, cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial, encontró a un pobre que tiritaba de frío, con gesto generoso cortó su manto y le dio la mitad al pobre. Por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de su manto, sonriéndole agradecido.

SAN MARTÍNMartín, hijo de un tribuno romano, nació en Sabaria, en Panonia, hacia el 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. El episodio del manto hay que colocarlo en este periodo, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a San Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica en la Isle Galinaria, Martín fundo dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa, y Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida religiosa.

Después del paréntesis contemplativo, siguió el activo: Martín, elegido obispo de Tours, se convirtió en el grande evangelizador de Francia. Había sido, como se dice, soldado sin quererlo, monje por elección y obispo por deber. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias, pero no era bien visto por los de su clero que querían vivir tranquilamente. De hecho fue acusado por un sacerdote llamado Bricio. Su respuesta fue proverbial: “¿Si Cristo soportó a Judas, por qué no debería yo soportar a Bricio?”

Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral. Sus funerales, que tuvieron lugar tres días después, fueron una verdadera apoteosis; en ese día, el 11, se conmemora su memoria. Se puede considerar como el primer santo no mártir con fiesta litúrgica. Esa fecha quedó también como punto de referencia en los contratos de arrendamientos, de terrenos, de compraventas, en el mundo agrícola: “el nuevo vino se bebe en San Martín”, se dice todavía hoy en muchas regiones de Italia y de Francia.
La mitad del manto que - según la leyenda - San Martín compartió con el pobre de Amiens, se conserva celosamente en una capilla. Al custodio de la capilla se llama “capellán”, sin ser lo, porque es el protector de la “capa” del Obispo de Tours.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Evangelio segùn San Juan 2,13-22.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura:
"El celo por tu Casa me consumirá".
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?»
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.»
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero Él se refería al templo de su cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Compartiendo la Palabra
Por Alejandro Carbajo, cmf

Queridos hermanos, paz y bien.

Sabemos que para orar, para relacionarnos con Dios, cualquier lugar es bueno. Pero hay lugares en los que especialmente se siente la presencia de Dios. Hoy se nos invita a recordar la Dedicación de la basílica de Letrán en honor de Cristo Salvador, construida por el emperador Constantino como sede de los obispos de Roma. Su anual celebración en toda la Iglesia latina es un signo permanente de amor y de unidad con el Romano Pontífice.
No sé qué texto elegirán en vuestras parroquias como primera lectura, pero yo prefiero la de la carta a los Corintios. En ella se habla de que somos templo de Dios. A primera vista, puede parecer un poco presuntuoso, pero no olvidemos que el Hijo de Dios se hizo hombre, y habitó en un cuerpo como el nuestro. Que tuvo que crecer, aprender a hablar, a andar, a comer y, sufriendo, aprender a obedecer.
Llevar hasta el final el hecho de la Encarnación del Hijo de Dios puede abrirnos alguna perspectiva nueva. Tenemos una llamada (espero que no sea una llamada perdida) para ser hijos de Dios. Tenemos lo que necesitamos, es decir, la promesa de ayuda del Espíritu, para ser santos. Dios es nuestro padre, y Cristo, nuestro Hermano Mayor. ¿Sorprendente? Quizá, pero a la vez motivador. Siempre pensamos que eso de ser santo está fuera de nuestras posibilidades, queda reservado a unos poquitos, curas, monjas y demás gente de ese tipo. Pero ya el Concilio Vaticano II se encargó de recordarnos que «todos los fieles cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre» («Lumen gentium» 11. c).
Así que hoy es un buen día para empezar a ser santo. Es verdad que muchas veces necesitamos que nos liberen de muchas cosas. Nuestro templo se llena de mercaderes, de productos, de cosas que, al final, no nos dejan ver a Dios. Por eso Jesús, de vez en cuando vienen con la escoba y nos invita a hacer limpieza. A tirar todo lo que nos impide ser felices y dichosos, (que eso significa ser santo), a adecentar nuestro templo interior y a empezar de nuevo. Lo hace cada día, en la Eucaristía. Lo hace a través del sacramento de la Penitencia. Lo hace cuando tomamos la Palabra de Dios y la meditamos, oramos y reflexionamos.
Todo bautizado tiene ya en sí el germen, la semilla de la santidad. Como toda semilla, hay que prepararle el terreno, hay que regarla, hay que vigilarla para que crezca. Queriendo que Dios actúe, pero dejando actuar a Dios. Sin ponerle obstáculos, sin aferrarnos demasiado a las cosas. Sabiendo de Quién nos hemos fiado, y dejándonos en sus manos. Como un niño en brazos de su madre, que reposa seguro de que nada malo le sucederá.
Por cierto, algunos hemos tenido la suerte de ver en Roma la basílica cuya dedicación hoy celebramos. Tú puedes verla aquí.

Hoy 9 de Noviembre la Iglesia celebra "La de dedicaciòn de la Basìlica de San Juan de Letràn"

Basílica significa: "Casa del Rey"



De varias maneras se suele denominar este templo: Basílica "Constantiniana,"Del Salvador" y "De San Juan de Letrán". Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo; por ello a esta basílica se llama a sí misma en la escritura de su fachada "madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe".

El nombre de Letrán le viene del palacio que tenían los "Laterani" en el monte Celio desde el siglo I a quienes la autoridad confiscó sus bienes por atreverse a conspirar contra Nerón. Parece ser que pasó a ser propiedad de Fausta, la esposa de Constantino; aconsejada, según dicen, por Osio de Córdoba, lo donó a los Papas para su residencia habitual, como de hecho lo fue a través de bastantes siglos hasta el periodo de Aviñon.

Pero la longa historia no muy probada o la leyenda une esta basílica a la familia imperial también por otros motivos. Parece ser que el emperador que legalizó a la Iglesia contrajo el terrible e incurable mal de la lepra y fue curado milagrosamente por san Silvestre; en agradecimiento por la recuperación de la salud, entregó los terrenos necesarios para construirla y se prestó a dar la ayuda económica pertinente. Esta es la razón de llamarla también "Constantiniana".

Se sabe que ya en el año 313 hubo en ella un sínodo porque la esposa de Constantino lo cedió al papa Milcíades; que el papa Dámaso fue ordenado en ella y que se dedicó el día 9 de Noviembre del año 324, dándole Silvestre el título de "El Salvador", hasta que en el siglo XIII se le añadieran los de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista.

Este augusto templo ha sido la sede de muchos concilios -más de veinticinco- desde el siglo IV al XVI y, de ellos, cinco han sido ecuménicos.

Allí se firmó, ya en tiempos más cercanos, el Tratado de Letrán, el 11 de marzo de 1929, con el que Pío XI logró la libertad del papa de todo soberano temporal y con ello el libre ejercicio de su misión evangelizadora, firmándolo con Mussolini.

Esta basílica podría contar una larga serie histórica de virtudes, pero también habla de sacrilegios, saqueos, incendios, terremotos e incluso el abandono de sus papas sobre todo el tiempo del destierro de Aviñon. Buscando un sentido a esos hechos, uno se pregunta si no serán las fuerzas del infierno que se ponen de pie, rabiosas, con la intención de acabar con el templo de piedras que es símbolo del poder espiritual supremo e indefectible en la Iglesia. También hay que decir que tanto el Renacimiento como el barroco dejaron en ella su huella artística perenne y restauradora, y que Sixto V y León XIII la hicieron realmente suntuosa, por no hablar de que hasta allí fue Francisco de Asís en 1210 a solicitar del Papa Inocencio III la aprobación de su Orden.

Cuando con su consagración se dedica a Dios y a su culto, se indica que pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; con esa ceremonia se indica que pasa a ser "la morada de Dios entre los hombres".

A los católicos, mirándola a ella, se nos hace próximo el misterio de la salvación, pareciéndonos actual aquella escena evangélica en la que Jesucristo llamó a aquel Zaqueo, agarrado a la rama de la higuera, que se siente interpelado por Dios para habitar en su casa y comer con él a pesar de ser sólo un pobre publicano despreciable y pecador.

Es como si el mismo Dios quisiera darnos a entender que, por medio de todo el culto que allí se realiza la Misa, que es el sacrificio redentor de la Cruz, con los sacramentos, con la escucha de su palabra que se hace actual por la predicación-, quisiera recordarnos su vehemente deseo a los hombres de incorporarnos a Él haciéndonos piedras vivas, bien unidas por la caridad, de su Esposa mística -la Iglesia-como las piedras físicas se unen en la construcción material de la basílica. De hecho, esta idea ya está expresada en el Apocalipsis cuando presenta a la Nueva Jerusalén.

Y ¿por qué no decirlo? La Basílica, con su grandeza y su miseria, es también un símbolo de la Iglesia de todos los tiempos donde hubo, hay y habrá persecuciones y flaquezas, intereses humanos y divinos, política, arte, espíritu, dogma y santidad.

Consulta también Dedicación de la Basílica del Salvador de Letrán de Jesús Martí Ballester

viernes, 28 de octubre de 2011

"Santo Rosario"

La verdadera esencia del Santo Rosario, bien meditado, está constituída por un triple elemento.
Primero, la contemplación de cada misterio, es decir, de aquella verdades que nos hablan de la misión redentora de Jesús.
Contemplando nos encontramos en una comunicación íntima de pensamiento y de sentimiento con la doctrina y la vida de Jesús, Hijo de Dios y de María, que vino a la tierra a redimir, a instruir, a santificar.
Segundo, la reflexión o meditación. En cada misterio hay una enseñanza para sí mismo, en orden a la propia santificación y a las condiciones en las cuales se vive.
Bajo la continua iluminación del Espíritu Santo, cada uno confronta su vida con las enseñanzas que brotan de cada misterio.
El tercero, es la intención, es decir, la indicación o necesidades de orden personal o social, que para un católico verdaderamente activo representa entrar en el ejercicio de la caridad hacia sus hermanos, que se difunde en los corazones como una expresión viviente de pertenecer al cuerpo místico de Cristo. (DCM,III,756)

No celebres Halloweennnnnnnn!!!!!!!!!!!!!

Noticia....


Presidenta reelecta: Cristina Fernández de Kirchner.

BUENOS AIRES , 27 Oct. 11 / 08:31 pm.

Tras los comicios del pasado domingo 23 de octubre, la Conferencia Episcopal Argentina saludó a la reelecta Presidenta de esa nación, Cristina Fernández de Kirchner, a quien pidieron construir el país "con la ayuda de Dios".

El organismo episcopal presidido por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, envió una carta a la Presidenta reelecta en la que señalan que "nuestro pueblo le ha renovado su confianza para regir los destinos de la Patria en el cargo de mayor responsabilidad ciudadana".

En el texto dado a conocer por la Cancillería, los Obispos le dicen a la Presidenta que "nuestra Patria le confía su esperanza de siempre, la que soñaron nuestros mayores, y la que todos queremos seguir construyendo con la ayuda de Dios".

El mensaje también afirma que "nosotros como obispos le aseguramos nuestra oración y compromiso con el bien común".

Los obispos indicaron también que en noviembre "nos reuniremos todo el Episcopado de nuestra Patria y aprovecharemos esa ocasión para ofrecer nuestra oración confiada al Señor de la vida por esta nueva etapa institucional que usted encabeza".

La carta está firmada por el Cardenal Bergoglio y por el secretario general del Episcopado, Mons. Enrique Eguía Seguí, Obispo Auxiliar de Buenos Aires.

La Cancillería, que difundió el texto, precisó que la nota episcopal fue recibida ayer al mediodía por el Secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri.

Carta del Obispo.

Carta del Obispo Luis Stöckler. Quilmes, 28 de octubre de 2011

Circular Nº 12 / 2011
Viernes, 28 de octubre de 2011, 14:38

Muy queridos hermanos y hermanas en Cristo:c a

Vivimos en nuestra diócesis un momento importante. Estamos a la espera de nuestro nuevo obispo, después de que el Santo Padre aceptara mi renuncia que corresponde por haber cumplido los 75 años de edad. Quisiéramos dar este paso de tal modo que sea expresión de continuidad y coherencia del camino recorrido y a la vez de apertura al Espíritu que permanentemente renueva su Iglesia.

Serán tres los acontecimientos grandes, con que queremos celebrar esta trayectoria.

El primero es la Misa de la Esperanza, el 19 de noviembre a las 19hs, que con motivo de la memoriade los 10 años del fallecimiento de Mons. Novak está puesta bajo el lema “Padre Obispo Jorge Novak, amigo de Dios y de los pobres”, precedida por una semana con la carpa misionera en Cruce Varela, donde todos los días se realizaran encuentros de oración y reflexión.

El segundo acontecimiento transcendente es la Fiesta de la Inmaculada Concepción, Patrona de nuestra diócesis, el 8 de diciembre a las 19hs. Esta celebración será mi despedida como obispo de Quilmes para agradecer a Dios y a ustedes por el regalo de haberme dado participación en la rica vida de esta Iglesia particular.

Finalmente los convoco a todos a celebrar la Toma de Posesión de Mons. Carlos José Tissera para darle la bienvenida como nuevo obispo de nuestra diócesis, el sábado 17 de diciembre a las 18hs en la Iglesia Catedral, junto a los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires y las diversas autoridades.

Son acontecimientos de gran gozo que consolidan el amor entre nosotros y el deseo de seguir caminando juntos en la evangelización de nuestra querida diócesis.

Los abrazo y bendigo con mi afecto paternal y les pido que me tengan presente en sus oraciones.

+ Luis T. Stöckler

Obispo Emérito

Administrador Apostólico de Quilmes

Se leerá en las diversas celebraciones del domingo 6 de noviembre.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Monseñor Carlos Tissera, Obispo electo de Quilmes.

El Papa nombró a Mons. Carlos Tissera nuevo obispo de Quilmes
Buenos Aires, 12 Oct. 11 (AICA)
Monseñor Carlos Tissera, obispo electo de Quilmes

Monseñor Carlos Tissera, obispo electo de Quilmes

El Santo Padre Benedicto XVI nombró obispo de Quilmes a monseñor Carlos José Tissera, de 60 años de edad, actual obispo de San Francisco (Córdoba).

Previamente, el Papa aceptó la renuncia presentada por el hasta ahora obispo de Quilmes, monseñor Luis Teodorico Stöckler, por haber cumplido 75 años, edad señalada por la norma canónica.

La noticia fue difundida esta mañana por el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, a través de la agencia AICA, al mismo tiempo que se publicaba en Roma.

Mons. Carlos Tissera, obispo electo de Quilmes
Monseñor Carlos José Tissera nació en Río Cuarto, provincia de Córdoba, el 10 de septiembre de 1951. Fue ordenado sacerdote el 7 de abril de 1978 en la catedral de Río Cuarto por monseñor Moisés Julio Blanchoud, obispo de Río Cuarto.

El 16 de noviembre de 2004 el papa Juan Pablo II lo designó obispo de San Francisco.

Fue ordenado obispo el 6 de febrero de 2005 en la catedral de Río Cuarto, por monseñor Artemio Staffolani, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, y por monseñor Moisés Julio Blanchoud, obispo emérito de Salta y monseñor Mario Poli, obispo auxiliar de Buenos Aires, como obispos co-consagrantes.

Tomó posesión de la sede episcopal e inició su ministerio pastoral como cuarto obispo de San Francisco el 27 de febrero de 2005.

En la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión de Ministerios (CEMIN). Su lema episcopal es: “En tu palabra echaré las redes”.

Diócesis de Quilmes
La diócesis de Quilmes fue creada el 19 de junio de 1976 por el papa Pablo VI y comprende, en la provincia de Buenos Aires, los partidos de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes, con una superficie de 503 kilómetros cuadrados y una población de 1.198.000 habitantes, de los cuales se estima que el 80% son católicos.

La diócesis cuenta con 80 parroquias, 217 iglesias y capillas no parroquiales; 100 sacerdotes, de los cuales 78 diocesanos y 22 religiosos; 84 diáconos permanentes; 242 religiosas y 118 centros educativos de la Iglesia.

Su primer obispo fue monseñor Jorge Novak SVD (1976-2001). Desde abril de 1997 hasta el 19 de mayo de 2000 (fecha en la que falleció), fue obispo coadjutor monseñor Gerardo Farrell.

El segundo obispo fue monseñor Luis Teodorico Stöckler, quien al renunciar queda al frente de la diócesis de Quilmes en calidad de Administrador Apostólico hasta que asuma el nuevo obispo.+


El Santo Padre nombro nuevo Obispo para la Diocesis de Quilmes.

Mons. Stöckler da la bienvenida a su sucesor diocesano
Quilmes (Buenos Aires), 12 Oct. 11 (AICA)
Mons. Luis Stöckler, obispo de Quilmes

Mons. Luis Stöckler, obispo de Quilmes

El administrador apostólico de Quilmes, monseñor Luis Stöckler, saludó hoy la decisión del Papa de designar a monseñor Carlos José Tissera, para sucederlo como diocesano de Quilmes.

“¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! Desde ya le abrimos nuestro corazón y lo recibimos con la fe puesta en Jesucristo el Buen Pastor, quien en los sucesores de los apóstoles nos da la seguridad de su propia presencia en medio de su pueblo”, subrayó el prelado.

Tras señalar aspectos de la trayectoria pastoral de monseñor Tissera, señaló que le “aguarda una misión grande”, por lo que pidió la disposición y colaboración de sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, y laicos.

Monseñor Stöckler rogó, además, que “en el tiempo de la espera del nuevo Pastor recemos insistentemente en las comunidades parroquiales, en las familias, en los colegios, en los diversos grupos apostólicos la Oración por el nuevo Obispo, para que pueda ser, en medio de nosotros y frente a nosotros un servidor fiel y un verdadero testigo de la buena noticia del Reino”.

“Que María Inmaculada, patrona de nuestra Diócesis, proteja y guarde a nuestro nuevo Pastor”, concluyó.

Oración por el nuevo obispo de Quilmes
Padre de bondad, mira a tu pueblo
peregrino en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela,
que se prepara para recibir a su nuevo Obispo.

Humildemente te pedimos
que, sostenido siempre por la gracia de tu Espíritu,
nuestro nuevo Obispo pueda ser, en medio de nosotros
y junto con nosotros,
un servidor fiel y un verdadero testigo de la buena noticia de tu Reino.

Dale un corazón comprensivo, sabio y prudente,
para alentar la vida de nuestras comunidades;
dale el discernimiento necesario
para hablar y escuchar, animar y actuar, con rectitud y coraje.

A nosotras y nosotros,
ayúdanos a ser fieles al don de vida nueva que recibimos en el bautismo,
y a cuidar, con espíritu de hermanas y hermanos,
de aquel que nos envíes como nuevo pastor.
Que su llegada nos ayude a abrirnos a la novedad
que tu Espíritu quiera inspirarnos para este tiempo.

Y así, acompañados y guiados por él, podamos avanzar por caminos
de comunión y participación, de misericordia, de justicia y de paz,
y nuestra iglesia diocesana se renueve en el compromiso con los pobres,
el impulso misionero, la defensa de los derechos humanos
y el servicio a la unidad de los cristianos.

Te lo pedimos por Jesús, el buen Pastor. Amén.

María Inmaculada, Patrona de nuestra Diócesis, ruega por nosotros.+