Quilmes (Buenos Aires) (AICA):
El pasado sábado 17 de diciembre en la catedral Inmaculada Concepción, monseñor Carlos José Tissera tomó posesión como obispo de Quilmes.
Antes del inicio de la celebración eucarística, monseñor Tissera junto con monseñor Luis Stöckler, obispo emérito de Quilmes, y el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, realizó una oración frente a la tumba de los obispos Jorge Novak y Gerardo Farrell.
De esta manera el nuevo obispo de Quilmes se encomendaba al primer obispo de esta diócesis y a su obispo coadjutor.
El cardenal Bergoglio tuvo a su cargo el rito de toma de posesión en su calidad de arzobispo metropolitano de la región Buenos Aires.
Previamente, el padre Armando Dessy, canciller de la diócesis de Quilmes, leyó la bula del papa Benedicto XVI en la que nombra a monseñor Tissera como obispo de Quilmes.
Luego, el cardenal Bergoglio entregó el báculo a monseñor Stöckler, obispo saliente, quien se lo cedió a monseñor Tissera.
Acto seguido, el purpurado porteño y monseñor Stöckler acompañaron a monseñor Tissera a tomar asiento en la “sede” (asiento principal del altar de la Catedral, que pertenece al obispo), dando así por concluido el ritual de la toma de posesión.
A partir de ese momento, monseñor Tissera comenzó a presidir la misa.
“Hermanos de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes, vengo a ofrecerles mi corazón; a unirme al camino pastoral que vienen realizando desde aquel 1976, cuando Pablo VI creó esta Iglesia particular y nos regaló a ese santo pastor: Mons. Jorge Novak. Qué iba a sospechar yo que tuviera que suceder a ese verdadero profeta, aquel día en el que los alumnos de la Facultad de Teología de Devoto, lo aplaudimos y saludamos en los pasillos cuando fue designado primer obispo de Quilmes. Eran días oscuros y tristes para el país. Estábamos desconsolados por los asesinatos y desaparición de compañeros nuestros y de insignes pastores. Su nombramiento fue una luz de esperanza. Su presencia de Padre, nos infundía serenidad y consuelo, como otros sacerdotes que nos contenían y pastoreaban”, expresó.
El prelado subrayó que “más que nunca ahora percibo que con su ministerio episcopal dejó gravada a fuego esta convicción: la misión de la Iglesia es evangelizar”.
Una decena de obispos, presbíteros y diáconos concelebraron esta celebración que fue multitudinaria. Cientos de fieles de la diócesis se acercaron a la catedral para darle la bienvenida al nuevo obispo.
También, un nutrido grupo de la diócesis de San Francisco, de la que procede el nuevo obispo, participó de esta Eucaristía, junto a familiares y amigos de monseñor Tissera.
Entre los presentes, hubo referentes de todas las instituciones, grupos y movimientos de la diócesis de Quilmes, como así también de las diferentes congregaciones religiosas y de las Iglesias evangélicas.
Entre las distintas autoridades que participaron de esta misa, se encontraban el director general de Culto Católico de la Nación, Luis Saguier Fonrouge; el director de Cultos de la provincia de Buenos Aires, Enrique Moltoni; el intendente de San Francisco, Martín Llaryora; y el intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez.
Culminando la celebración eucarística, monseñor Tissera caminó por el pasillo central de la catedral, hasta el atrio, donde bendijo a la feligresía que se acercó a darle la bienvenida.+
Texto completo de la homilía
Antes del inicio de la celebración eucarística, monseñor Tissera junto con monseñor Luis Stöckler, obispo emérito de Quilmes, y el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, realizó una oración frente a la tumba de los obispos Jorge Novak y Gerardo Farrell.
De esta manera el nuevo obispo de Quilmes se encomendaba al primer obispo de esta diócesis y a su obispo coadjutor.
El cardenal Bergoglio tuvo a su cargo el rito de toma de posesión en su calidad de arzobispo metropolitano de la región Buenos Aires.
Previamente, el padre Armando Dessy, canciller de la diócesis de Quilmes, leyó la bula del papa Benedicto XVI en la que nombra a monseñor Tissera como obispo de Quilmes.
Luego, el cardenal Bergoglio entregó el báculo a monseñor Stöckler, obispo saliente, quien se lo cedió a monseñor Tissera.
Acto seguido, el purpurado porteño y monseñor Stöckler acompañaron a monseñor Tissera a tomar asiento en la “sede” (asiento principal del altar de la Catedral, que pertenece al obispo), dando así por concluido el ritual de la toma de posesión.
A partir de ese momento, monseñor Tissera comenzó a presidir la misa.
“Hermanos de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes, vengo a ofrecerles mi corazón; a unirme al camino pastoral que vienen realizando desde aquel 1976, cuando Pablo VI creó esta Iglesia particular y nos regaló a ese santo pastor: Mons. Jorge Novak. Qué iba a sospechar yo que tuviera que suceder a ese verdadero profeta, aquel día en el que los alumnos de la Facultad de Teología de Devoto, lo aplaudimos y saludamos en los pasillos cuando fue designado primer obispo de Quilmes. Eran días oscuros y tristes para el país. Estábamos desconsolados por los asesinatos y desaparición de compañeros nuestros y de insignes pastores. Su nombramiento fue una luz de esperanza. Su presencia de Padre, nos infundía serenidad y consuelo, como otros sacerdotes que nos contenían y pastoreaban”, expresó.
El prelado subrayó que “más que nunca ahora percibo que con su ministerio episcopal dejó gravada a fuego esta convicción: la misión de la Iglesia es evangelizar”.
Una decena de obispos, presbíteros y diáconos concelebraron esta celebración que fue multitudinaria. Cientos de fieles de la diócesis se acercaron a la catedral para darle la bienvenida al nuevo obispo.
También, un nutrido grupo de la diócesis de San Francisco, de la que procede el nuevo obispo, participó de esta Eucaristía, junto a familiares y amigos de monseñor Tissera.
Entre los presentes, hubo referentes de todas las instituciones, grupos y movimientos de la diócesis de Quilmes, como así también de las diferentes congregaciones religiosas y de las Iglesias evangélicas.
Entre las distintas autoridades que participaron de esta misa, se encontraban el director general de Culto Católico de la Nación, Luis Saguier Fonrouge; el director de Cultos de la provincia de Buenos Aires, Enrique Moltoni; el intendente de San Francisco, Martín Llaryora; y el intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez.
Culminando la celebración eucarística, monseñor Tissera caminó por el pasillo central de la catedral, hasta el atrio, donde bendijo a la feligresía que se acercó a darle la bienvenida.+
Texto completo de la homilía
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