domingo, 28 de marzo de 2010

TIEMPO DE CUARESMA, TIEMPO DE CONVERSIÒN...


Pasión, es una palabra que hoy parece solo estar vinculada con el deporte. Vemos por doquier entusiastas apasionados que abarrotan los estadios, y que por ver un partido, son capaces de pasar una noche entera sin dormir o en condiciones climatológicas extremas para conseguir un boleto, y de armar una verdadera batalla campal cuando el equipo que se apoya pierde en buena lid en el campo. Sin embargo nada de eso construye… estos apasionados solo crean, en general, problemas, y no son instrumentos para cambiar nuestro orden social. Yo me pregunto ¿que pasaría si todos y cada uno de nosotros los católicos fuéramos verdaderos apasionados de nuestra fe… que esa misma pasión la sintiéramos por Jesucristo y su evangelio? Todo esto me recuerda la escena en la que Jesús al entrara al templo, al ver que se había convertido en una verdadero mercado, tomo un látigo y saco a golpes a toda la gente que estaba ahí. San Juan nos reporta en su evangelio que esto ocurrió porque “el celo por la casa del padre” lo consumía”. Todos nosotros deberíamos sentir esa misma pasión y lanzarnos a predicar el evangelio y a no permitir que el nombre de nuestro Señor sea tomado en vano. Si esto hiciéramos nuestras comunidades serían verdaderas comunidades cristianas y el combate contra el pecado sería la actividad más importante de todos y cada uno de nosotros. Con ello se desterraría la violencia, el alcoholismo, la pornografía y todo aquello que hoy destruye nuestras familias y nuestra sociedad. Conoce a Jesús… deja que el Espíritu toque tu corazón… conviértete en un apasionado del Evangelio, de Jesús, de su causa de paz y Evangelización. Si continuamos con nuestro estado de indiferencia, seguramente que Dios encontrará el medio de restaurar nuestra sociedad, pero a nosotros nos tomara en cuenta nuestra falta de amor y de interés por el Reino. Tiempo de Cuaresma… tiempo de conversión.

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