sábado, 1 de mayo de 2010
PARA SABER!
Tema: Oraciones
Subtema: Credo
Pregunta: Padre, desearía que me expliquen lo que significa cuando rezamos El Credo la parte donde dice: "Descendió a los infiernos”. ¿Esto quiere decir que Jesús fue realmente al infierno? ¿Podría por favor explicarme esto? Gracias.
Respuesta:
Mi querido hermano, efectivamente, Jesús no bajó al Infierno, lugar destinado para Satanás y sus ángeles, sino bajó al lugar de los muertos. Me explico: El texto que citas está tomado de la versión más antigua de nuestra profesión de fe la cual es posible que se remonte al año 52 cuando el cristianismo estaba difundido principalmente entre los Judíos. Este texto, como se lee en Latín es: “descendit ad inferos”, en donde la palabra «Inferos» se refiere esencialmente al SEPULCRO, como lo dice San Pablo: «Jesús bajó a las regiones inferiores de la tierra (en latín “ad inferos”). Este que bajó (murió) es el mismo que subió (resucitó)» (Ef 4, 9-10). Con ello se refiere esencialmente a la muerte y resurrección física y real de Cristo. (La palabra latina para designar el infierno en donde está condenado Satanás es: Infernus).
Ahora bien, la experiencia del SEPULCRO, o bajar a lo profundo de la tierra, era conocida por los Judíos como el lugar de la muerte o de los muertos. Sin embargo ellos distinguían dos lugares de los muertos: El Sheol y el Hades. El primero sería el lugar en donde estaban los muertos que resucitarían (también conocido como “seno de Abraham”), mientras que el Hades se refiere al lugar de la muerte eterna, lo que para nosotros sería el infierno. El texto del Nuevo Testamento que mejor lo propone es el de Lc 16,19-31, en donde precisamente Lázaro está en el Sheol mientras que el rico epulón está en el Hades.
Es decir en el Sheol, estaban todos los justos que habían muerto antes de Cristo y que no podían entrar aun en el Cielo. Así que Jesús, al morir, bajó a la región de los muertos (Sheol) y de ahí rescató a todos los que la muerte tenía cautivos.
Es por ello que el Catecismo de la Iglesia nos dice: “La Escritura llama infiernos, a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto… «Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos». Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación, sino para liberar a los justos que le habían precedido” (Cat. No. 633).
De manera que lo que nosotros confesamos con el Credo de los Apóstoles es el hecho de que Jesús realmente murió y resucitó y que su resurrección liberó del poder de la muerte a los que siendo justos (santos) no habían podido entrar en el Cielo. Jesús fue por ellos y los introdujo con él en las moradas eternas.
Espero que esto ayude a tu fe.
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